miércoles, 31 de agosto de 2011

Deportes Terapéuticos


Es común que las personas que padecen enfermedades crónicas se sientan inseguras o tengas dudas sobre qué tipo de actividades físicas pueden o no realizar. La actividad física siempre es beneficiosa, sólo que en algunos casos es necesario moderarla y personalizarla. 

Enfermedades del Corazón (Cardiopatías)
  • En caso de personas que no han sido diagnosticadas pero que por herencia y/o estilo de vida presentan riesgo de padecer problemas cardiacos, se recomienda realizar actividades sencillas, no extenuantes como caminatas de 30 minutos diarios y 5 veces por semana, el ejercicio leve-moderado realizado de forma constante ayuda a mantener una presión arterial estable, fortalece el corazón y por lo tanto reduce el riesgo de padecer accidentes cardiovasculares (infartos).
  • En el caso de personas que han sido diagnosticadas con alguna enfermedad cardíaca, es importante solicitar al médico una indicación y guía sobre las actividades físicas que se pueden y deben realizar para evitar futuras complicaciones del padecimiento.
  • Se deben evitar deportes extenuantes, de alto impacto, o que impliquen esfuerzos intensos.
Asma
  • En las personas asmáticas, la actividad física es muy recomendable ya que mejora y fortalece el sistema respiratorio, la capacidad pulmonar  y el corazón.
  • Es importante considerar los factores climáticos, ya que se debe evitar realizar ejercicios al aire libre cuando el clima esta muy frió, con alta humedad, o en épocas del año cuando hay más polen o polvo en el ambiente. Es aconsejable llevar siempre consigo su inhalador y suspender la actividad física si se presentan síntomas y/o se empieza a dificultar la respiración.
  • La natación, las caminatas, y trotar son de los deportes más recomendados para personas asmáticas.
Diabetes 
  • Ejercicios continuos y constates como la natación, las caminatas, ciclismo y cualquier otra actividad aeróbica favorece el mecanismo de absorción de glucosa (azúcar) en el organismo, convirtiéndola en energía y reduciendo la posibilidad de hipoglicemia (bajo contenido de azúcar en el organismo).
  • Con el ejercicio también se evitan trastornos asociados a la enfermedad como problemas arteriales y cardiovasculares. Al mejorar la circulación y la oxigenación de los tejidos se reduce el riesgo de arteriosclerosis.
Artrosis de rodilla
  • Durante periodos dolorosos, es preferible realizar ejercicios específicos que hayan sido indicados por su médico o fisioterapeuta.
  • Cuando la crisis de dolor haya disminuido, es posible realizar actividades de leve impacto como caminatas o natación, en algunos casos es recomendable el uso de rodilleras al realizar los ejercicios.
  • Se deben descartar por completo actividades que involucren directamente impacto sobre las articulaciones de la rodilla como baloncesto, volleybol, fútbol, y tenis.

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